Compartir
Stumble Upon

26 diciembre 2009

NUNCA AMANECE DEL MISMO MODO



20060510225520-normal-001.jpg
Cada ser humano cuando nace, es algo único, algo que no existía antes, cada persona puede ver, oír, tocar, gustar y pensar por sí misma, además cada una tiene sus propias potencialidades, sus capacidades y limitaciones. Estos atributos y cualidades potenciales en cada persona han de servirnos para un desarrollo armónico y positivo, pero la realidad de nuestras vivencias hace que a veces no utilicemos adecuadamente estas capacidades.

Quién quiere ser lo que no es, o estar dónde no debe, no acepta su realidad, no acepta ser él mismo. Cuando llegue a ser lo que no es, ya no será él, y cuando esté dónde no debe, tampoco será él, vivirá pues en una constante lucha sin estar nunca en su lugar. Un viejo maestro, contaba a sus discípulos: "Cada ser humano tiene un lugar para el en este mundo". A esto, uno de los discípulos, sorprendido, le preguntó:

-"Maestro, si cada uno tiene su lugar, ¿por qué entonces estamos todos tan apretados y empujándonos"?
-El Maestro, sabio y benévolo le respondió:
-"porque todos se empeñan en ocupar el lugar de Otro".
 

Así que sin darnos cuenta, nos empeñamos en repetir lo que nuestro padre o nuestra madre fueron, en ser ellos, o en ser lo contrario de lo que ellos fueron; una vez alguien me decía "yo quiero ser para mis hijos la madre que yo no tuve"...pero sus hijos no necesitan, seguramente, tener la madre que ella no tuvo, tan solo la necesitan a ella, que es su madre... Y las cosas nos las complicamos de tal manera que siempre de un modo u otro nos empeñamos en ser quien no somos y en ocupar lugares que no son los nuestros, y encima, queremos disfrutar con ello. ¿Alguien sabe cómo?Si es así, ¡le agradecería que me lo dijera!. Cuando una persona hace girar su vida sobre el futuro, vive el presente con ansiedad. Vive inmersa en la ansiedad por las cosas que prevé, la mayoría de las veces imaginarias, pues son muy pocos (si es que hay alguien) los que poseen el don de la clarividencia futura de sus vidas. Sin embargo, a veces, algunos creen en una clarividencia sobre la realidad que les muestra un futuro oscuro, oscuro, oscuro.... Este tipo "oscuro" de clarividencia es fácil de acertar, tenemos que hacer muy poco para dejarnos arrastrar por la corriente del pesimismo y arrastrarnos hasta un profundo abismo en el que sólo vemos una luz muy tenue en una escarpada y alejada abertura de la roca. ¿Esto es vida? nos habremos preguntado más de una vez, pues la respuesta es doble: si y no. Si, porque lo que anticipamos o cargamos, y cargamos a nuestras espaldas; lo vivimos con angustia en el presente, presente que es nuestra vida, y que nos amargamos sin disfrutarlo ni saborearlo. Y no, porque ese momento, o todavía no ha llegado, o forma parte de los lastres del pasado. 

Yo puedo haber tenido muchos problemas, un montón de problemas; y puedo haber pasado por muchas adversidades y sin sabores, montones de adversidades y sin sabores; sí: montones y montones... pero todos, absolutamente todos, pertenecen al pasado. Son cosas que han sucedido y que en mayor o menor medida, pueden estar o están hipotecando mi vida. Mi pasado forma parte de mí, en él he acumulado conocimientos, vivencias, ilusiones, frustraciones, deseos, etc. etc., es mi propia experiencia y no voy a pretender eliminarlo, pero su momento ya fue, ya pasó, ya lo he vivido, entonces ¿por qué empeñarme en revivirlo a cada instante? ¿Por qué?... ¿Para qué? ¿Por qué las experiencias vividas no me aportan el conocimiento suficiente para avanzar en mi crecimiento personal? ¿Por qué?... ¿Para qué?

Nuestra belleza consiste precisamente, en que cada momento, cada instante, mueren y nacen en nosotros, en nuestro cuerpo, en nuestra sangre, cientos de miles de células; todo cambia, todo se renueva, todo fluye... Así somos y así es la Naturaleza: cambio absoluto. En la naturaleza cada día es diferente a otro y nunca amanece del mismo modo, pero nosotros estamos empeñados en permanecer inmóviles, paralizados y aferrados, a los recuerdos del pasado o a las anticipaciones del futuro, cerrándonos a toda posibilidad de ser felices. Es que acaso no hemos aprendido que -parafraseando un pasaje de Eclesiastés- hay una oportunidad para cada cosa y un momento para cada actividad: 

Un momento para ser agresivo y otro para ser pasivo.

Un momento para trabajar y otro para jugar.

Un momento para luchar y otro para descansar.

Un momento para llorar y otro para reír.

Un momento para estar juntos y otro para estar solos.

Un momento para enfrentarse y otro para retirarse.

Un momento para hablar y otro para guardar silencio.

Un momento para el enojo, y otro para la reconciliación.

Un momento para apremiar y otro para esperar.

Y TODOS LOS MOMENTOS PARA EL AMOR...


Vivir anclado en el pasado es "meditar en exceso" lo felices que fueron los días de antaño, o aferrarse con nostalgia a "cómo solían ser las cosas", lamentarse de la mala suerte, sentir lástima de sí mismo y culpar a los demás de las desgracias de uno. Todas estas cavilaciones nos hacen malgastar y perder el presente. Voy guardando los problemas míos, y a veces los de los demás, los meto en un gran saco y me los echo al hombro, voy pues caminando con esa carga a cuestas, y a cada momento voy abriendo el saco y recreándome con cada uno de ellos como si fuesen verdaderos tesoros, y así un día y otro, hasta que me acostumbro a revivir en cada momento esos aspectos que seguramente no fueron placenteros: Un viejo cuento japonés relata que dos monjes caminaban juntos por un sendero. Al llegar a un río, una bella muchacha les pidió si podían ayudarla a atravesar el río, ya que se había lastimado un pie y no podía hacerlo sola. Uno de ellos, Li, tomó a la joven mujer en brazos, y atravesando el río la dejó suavemente en la orilla. Txan, no dijo nada, pero al caer la noche, no pudo contenerse más e interpeló a Li:

-"Se supone que somos monjes, y que si queremos conservar nuestra pureza, debemos mantenernos apartados de las jóvenes hermosas, ¿cómo pudiste llevar a esa linda joven entre tus brazos?...
-Li, sonriendo, le respondió: -"Hermano, yo ya dejé a esa mujer en el camino, tú aun sigues llevándola.”
 

Lo cierto es que nosotros seguimos y seguimos llevándolo TODO: O nos instalamos fantasiosamente en el futuro, esperando el milagro de que, como en cualquier cuento de hadas, llegue el príncipe y "vivir por siempre felices", esperando este rescate mágico, en vez de buscar "sus" soluciones y dar respuesta a los interrogantes de su vida; o, en contraste con lo anterior, también se puede vivir bajo la constante amenaza de una catástrofe, por ejemplo: si el teléfono suena a las tres de la mañana, o recibimos un telegrama, ¿qué es lo primero que pasa por nuestra mente? ¿Pensamos en algo positivo, o bien anticipamos una desgracia?. ¿Qué pasará si pierdo el empleo? ¿Qué pasará si meto la pata? etc. etc. Y si nos ocurre algo agradable, hermoso... ¿Lo disfrutamos con todo nuestro ser,...o minimizamos su importancia diciéndonos que lo bueno no puede durar mucho?... Funcionando en cualquier caso desde el programa de nuestra negatividad y de la infelicidad.

Y así hacemos nosotros, y lo hacemos con el pasado, y con el futuro, cual magos agoreros de la oscuridad. O clarividentes eufóricos de una falsa luz. Aquí y ahora, en este mismo momento, en este instante ¿ Hay algo que me impida ser feliz ?, vamos a replantearnos la pregunta: ¿ Hay algo en MÍ que me impida ser feliz?, la respuesta bien meditada tiene que ser NO. Voy a aprender entonces a saber dejar el lastre en el lado del camino y continuar mi ruta sin ningún exceso de equipaje. Vivir aquí y ahora, vivir en el presente no quiere decir ignorar neciamente el pasado o dejar pasar la oportunidad de prepararse para el futuro, más bien conociendo el pasado se es más consciente del presente y se vive en él; esperando el futuro con optimismo. Ser o no ser feliz, depende única y exclusivamente de MI, yo tengo que decidir si quiero abrir una ventana a la luz o permanecer en la oscuridad del abismo. Si tomo la decisión de seguir adelante se que podré conseguirlo.

Otro proverbio chino, nos apunta: "Si tienes un problema que tiene solución, ¿para qué te preocupas?. Si tienes un problema que no tiene solución, ¿para qué te preocupas?” Tal vez prefiramos hacer de cada solución un problema que buscar a cada problema una solución... el caso es que nos rompemos las espaldas y el alma con los lastres del pasado y las anticipaciones del futuro, cuando podríamos vivir el aquí y ahora, utilizando adecuadamente todos los recursos que disponemos para ser felices. 

(Extracto de mi libro “Encuentros con el Ser” No lo busque porque no está publicado salvo en esate Blog, ni probablemente lo estará nunca.)

Carmen Moreno Martín
alias Hannah
 


Imagen:http://galeria.universia.com.ar/albums/userpics/11839/normal_001.jpg

Si has encontrado útil este artículo puedes compartirlo desde tu blog, página Web o foro.




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si te gusta lo que tus ojos ven..dejame tu sentir
Si tienes una pagina o blog y quieres compartirlo
dejanos tu elace

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...