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17 agosto 2009

Reflexiones del Guerrero de la Luz



Algo fuera de lo común Un guerrero de la luz siempre hace algo fuera de lo común. Puede bailar en la calle mientras camina hacia el trabajo. O mirar los ojos de un desconocido y hablar de amor a primera vista. Un guerrero de vez en cuando expone una idea que puede parecer ridícula, pero en la que él cree. Los guerreros de la luz se permiten días así. Él no tiene miedo de llorar antiguas penas, o de alegrarse con nuevos descubrimientos. Cuando siente llegado el momento, abandona todo y parte para su aventura tan soñada. Cuando entiende que ha llegado al límite de su resistencia, sale del combate sin culparse por haber hecho una o dos locuras inesperadas. Un guerrero no pasa sus días intentando representar el papel que los otros escogieron para él. Las pequeñas cosas El guerrero de la luz presta atención a las pequeñas cosas, porque esas pueden perjudicar mucho. Un espino, por menor que sea, interrumpe el paso del viajero. Una pequeña e invisible célula puede destruir un organismo sano. El recuerdo de un instante de miedo en el pasado muchas veces hace que la cobardía reaparezca cada mañana. Una fracción de segundo abre la guardia para el golpe fatal del enemigo. El guerrero está atento a las pequeñas cosas. A veces es duro consigo mismo, pero prefiere actuar de esa manera. "El diablo habita en los detalles" dice un viejo proverbio de la Tradición. Encontrando aliados El guerrero sabe que ningún hombre es una isla aislada en medio del océano. Sabe que no puede luchar solo, sea cual fuere su plan, siempre depende de otras personas. Necesita discutir su estrategia, pedir ayuda y - en los momentos de descanso - tener a alguien para contar historias de combate alrededor de la hoguera. Pero él no deja que las personas confundan su camaradería con inseguridad, Él es transparente en sus acciones y discreto en sus planes. Un guerrero de la luz danza con sus compañeros, pero no transfiere a nadie la responsabilidad de sus pasos. Arriesgando más que los otros Para el guerrero, no existe amor imposible. Él no se deja intimidar por el silencio, por la indiferencia o por el rechazo, Sabe que tras la máscara de hielo que las personas usan, existe un corazón de fuego. Por eso el guerrero arriesga más que los otros. Busca incesantemente el amor de alguien - aunque esto signifique escuchar muchas veces la palabra "no", volver a la casa derrotado, sentirse rechazado en cuerpo y alma. Un guerrero no se deja asustar cuando busca lo que necesita. Sin amor, él no es nada. Aceptando los compromisos Un guerrero de la luz es confiable. Comete algunos errores, a veces se cree más importante de lo que realmente es. Pero no miente. Cuando se reune alrededor de la hoguera, conversa con sus compañeros y compañeras. Sabe que las palabras que salen de su boca quedan guardadas en la memoria del Universo, como un testimonio de lo que pìensa. Y el guerrero reflexiona "¿por qué hablo tanto, si muchas veces no soy capaz de hacer todo lo que digo? Esta es una reflexión importante. El corazón responde: "cuando defiendes públicamente tus ideas, tendrás que esforzarte por vivir de acuerdo con ellas". Y porque piensa que él es lo que dice, el guerrero acaba transformándose en lo que dice ser. En los momentos de silencio de la vida El guerrero sabe que, de vez en cuando, el combate es interrumpido. No sirve de nada forzar la lucha, es necesario tener paciencia y esperar, esperar a que las fuerzas entren nuevamente en choque. En el silencio del campo de batalla, escucha las heridas de su corazón. Repara que está tenso. Que tiene miedo. El guerrero hace un balance de su vida; comprueba si la espada está afilada, el corazón satisfecho, la fe incendiando el alma. Sabe que el mantenimiento es tan importante como la acción. Siempre hay algo que le falta. Y el guerrero aprovecha los momentos en que el tiempo se detiene para equiparse mejor. Cuando surge el mal A veces el mal persigue al guerrero. Entonces, con tranquilidad, lo invita a entrar en su su tienda. El guerrero pregunta al mal: "¿quieres herirme o usarme para herir a los otros?" El mal finge no haber oído. Dice que conoce las tinieblas del alma del guerrero. Penetra en heridas no cicatrizadas y clama venganza. Recuerda que conoce algunas trampas y venenos sutiles que ayudarán al guerrero a destruir a todos los enemigos. El guerrero de la luz escucha. Si el mal se distrae, él hace que retome la conversación y le pide detalles de todos sus proyectos. Después de escuchar todo se levanta y se va. El mal ha hablado tanto, está tan cansado y tan vacío que no consigue acompañarlo. Un guerrero presta atención al Mal, si desea hacer el Bien. Aceptando el perdón El guerrero de la luz ha aprendido que es mejor seguir la luz.Él ya traicionó, mintió, se desvió de su camino, cortejó a las tinieblas. Y todo siguió saliendo bien, como si nada hubiese pasado. Sin embargo, el abismo llegó de repente. Se pueden dar mil pasos seguros, pero un simple paso de más acaba con todo. Y es el tener conciencia de esto lo que hace al guerrero cambiar el rumbo de sus pasos. Al tomar esa decisión, escucha cuatro comentarios: "Siempre te has equivocado. Eres demasiado viejo para cambiar. No eres bueno. No lo mereces" Entonces mira al cielo. Y una voz le dice: "Bien, querido, todo el mundo se equivoca. Estás perdonado, pero no puedo forzar este perdón. Decídete". El verdadero guerrero de la luz acepta el perdón. Como un niño El guerrero de la luz se comporta como un niño. La gente se escandaliza. Se han olvidado de que todos necesitamos divertirnos, jugar, ser un poco irreverentes, hacer preguntas inconvenientes e inmaduras, decir tonterías en las cuales ni siquiera nosotros creemos. La gente pregunta horrorizada: "¿Es eso el camino espiritual? ¡Qué inmaduro, parece un niño!" El guerrero se enorgullece de este comentario, porque sabe que la consecuencia lógica de la maduración es el proceso de podredumbre. Es así en la naturaleza y también en la vida. Y mantiene su inocencia y alegría, aunque sin perder de vista su misión. Sabiendo decir "no" "Hitler puede haber perdido la guerra en el campo de batalla, pero terminó ganando algo - dice M. Halter - porque el hombre del siglo XX creó el campo de concentración y resucitó la tortura, y enseñó a sus semejantes que es posible cerrar los ojos ante las desgracias ajenas". Quizás él tenga razón, existen criaturas abandonadas, civiles masacrados, inocentes en las cárceles, ancianos solitarios, borrachos en las cunetas, locos en el poder. Pero quizás no tenga ninguna razón: existen los guerreros de la luz. Y los guerreros de la luz jamás aceptan lo que es inaceptable. El momento de decidir El guerrero de la luz se espanta ante las decisiones importantes. "Esto es demasiado grande para tí", le dice un amigo. "Sigue adelante, sé valiente" le dice otro. Y sus dudas aumentan. Después de algunos días de angustia se recoje en un rincón de su tienda donde acostumbra a sentarse para meditar y orar.Se ve a sí mismo en el futuro. Ve a las personas que serán beneficiadas y a las que serán perjudicadas por su actitud. Él no quiere causar sufrimientos inútiles, pero tampoco quiere abandonar el camino. El guerrero entonces deja que la decisión se manifieste. Si es necesario decir sí, lo dirá con valor. Y si fuere necesrio decir no, lo dirá sin cobardía. Sobre la cobardía Dice Anthony Williams: "El mundo siempre parece amenazador y peligroso para los cobardes. Estos procuran la seguridad mentirosa de una vida sin grandes desafíos y se arman hasta los dientes para defender aquello que creen poseer. Los cobardes son víctimas de su propio egoismo, y terminan construyendo las cadenas de su propia prisión." Paulo Coelho

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