"Dios mío, no desistas, hasta que yo consiga tomar la forma que Tú esperas de mí. Inténtalo de la manera que te parezca mejor, por el tiempo que quieras - pero nunca me pongas en la montaña de fierro viejo de las almas.
Hola Queridos..ya hacia mucho que tenia abandonado este rincon de mi mirar... donde presumo de mis amigos..yasi es..muchos elaces que poner de tesoros hallados en mi nuevo navegar....Q buenos vientos.hacenn..El puerto esta lleno de luces amigas y el faro brilla con gran esplendor..espero que su luz os guie hasta el..
Hoy dedico esta entrada y prsumo de su amistad y de su gracia..a Maricarmen Martin Mendoza..alias marcamar..mi maestra preferida...amiga en comun de muchos de ustedes..ya saben la canaria... la paoeta..la enamorada de su isla la gomera....
La otra noche me llamo y fue como un soplo
tengo que decir que en ese momento yo le pedia a dios una señal..y algo ha sucedido .....como digo es magia(c9sasa mias...jajajajajajaj
es algo brujilla
no se como se las compone pero charla que charla y te reafirma en tu fe y aqui estoy....
salvada por la campana.....es la magia del cielo
gracias marcamar
gracias Padre que me escuchas
Me recordo este cuento espiritual y eso le pedi a Dios
Es como templar el acero
Se cuenta la historia del herrero que, después de una juventud llena de excesos, decidió entregar su alma a Dios. Durante muchos años trabajó con ahínco, practicó la caridad, pero, a pesar de toda su dedicación, nada perecía andar bien en su vida, muy por el contrario: sus problemas y sus deudas se acumulaban día a día.
Una hermosa tarde, un amigo que lo visitaba, y que sentía compasión por su situación difícil, le comentó: "Realmente es muy extraño que justamente después de haber decidido volverte un hombre temeroso de Dios, tu vida haya comenzado a empeorar. No deseo debilitar tu fe, pero a pesar de tus creencias en el mundo espiritual, nada ha mejorado."
El herrero no respondió enseguida: él ya había pensando en eso muchas veces, sin entender lo que acontecía con su vida, sin embargo, como no deseaba dejar al amigo sin respuesta, comenzó a hablar, y terminó por encontrar la explicación que buscaba. He aquí lo que dijo el herrero: En este taller yo recibo el acero aún sin trabajar, y debo transformarlo en espadas. ¿Sabes tú cómo se hace esto?
"Primero, caliento la chapa de acero a un calor infernal, hasta que se pone al rojo vivo. Enseguida, sin ninguna piedad, tomo el martillo más pesado y le aplico varios golpes, hasta que la pieza adquiere la forma deseada. Luego la sumerjo en un balde de agua fría, y el taller entero se llena con el ruido el vapor, porque la pieza estalla y grita a causa del violento cambio de temperatura. Tengo que repetir este proceso hasta obtener la espada perfecta: una sola vez no es suficiente.
El herrero hizo una larga pausa, y siguió: A veces, el acero que llega a mis manos no logra soportar este tratamiento. El calor, los martillazos y el agua fría terminan por llenarlo de rajaduras. En ese momento, me doy cuenta de que jamás se transformará en una buena hoja de espada.
Y entonces, simplemente lo dejo en la montaña de fierro viejo que ves a la entrada de mi herrería. Hizo otra pausa más, y el herrero terminó: Sé que Dios me está colocando en el fuego de las aflicciones. Acepto los martillazos que la vida me da, y a veces me siento tan frío e insensible como el agua que hace sufrir al acero. Pero la única cosa que pienso es:
"Dios mío, no desistas, hasta que yo consiga tomar la forma que Tú esperas de mí. Inténtalo de la manera que te parezca mejor, por el tiempo que quieras - pero nunca me pongas en la montaña de fierro viejo de las almas.